Hoy en día la mejora de la productividad, el aumento de la calidad y la reducción de costes, son los principales factores de competitividad que persigue cualquier empresa en todos sus departamentos, incluyendo el departamento de diseño.
Tradicionalmente, los sistemas CAD 3D han permitido incrementar la velocidad y mejorar la calidad del diseño. Disponen de herramientas que permiten abordar las modificaciones de forma muy rápida (parametrización, edición directa, etc.), actualizan los planos asociados automáticamente, agilizan la gestión de las revisiones y registran todo el proceso del cambio (ECO) en sistemas de gestión de proyectos o documentales, pero no contemplan funcionalidades específicas que permitan anticiparse a los cambios de diseño.
Estos cambios de diseño, además de conllevar mayores costes cuanto más avanzado en el proceso de diseño se produzcan, son los principales enemigos del plazo. Por lo tanto, la pregunta a realizar es simple, ¿Qué estrategias se deben abordar para anticiparse a los cambios de diseño?
Se debe asumir que los cambios de diseño van a suceder y que no vamos a disfrutar de ampliaciones de plazos para su tratamiento, por lo que debemos estar preparados de antemano para abordarlos, mediante metodologías específicas, racionalización, mejorando la comunicación y automatizando las tareas repetitivas.
Metodologías de diseño y gestión de modificaciones
Se debe evitar que un cambio de diseño obligue a replanteamientos generales. Descartar todo el trabajo realizado y comenzar de nuevo solo es viable en fases iniciales o de concepto del diseño.
Seguir una metodología de diseño que prevea modificaciones, permitirá reducir el impacto de las mismas y ayudará a mantener los plazos, además de mejorar el concepto de calidad de diseño. Contemplar en una fase de validación inicial de diseño, el factor ¿Qué pasa sí?, ayudará a mantener aisladas las modificaciones, reduciendo su impacto en la globalidad del proyecto.
Afrontar una modificación mediante un proceso conocido permitirá además unificar la forma de abordar un cambio, por lo que se pueden habilitar equipos de diseño especializados para las tareas de modificación siempre y cuando haya recursos disponibles (y esto no siempre es así). Un procedimiento preestablecido, permitirá reducir también el coste de dispersión que se produce al tener que abordar nuevas tareas sin desatender las tareas de diseño habituales.
Racionalización del producto
La racionalización del producto, que aborda principalmente la descomposición funcional de conjuntos, no solo persigue incrementar la velocidad de diseño, es una estrategia importante para reducir el impacto de las modificaciones. Este concepto, engloba términos como la Modularidad, que persigue la descomposición de un producto en partes funcionales o la realización del mismo partiendo de operaciones predefinidas, la gestión del conocimiento que permite almacenar las reglas de diseño (principalmente variables y condiciones), la gestión de alternativas para diseñar elementos con diferentes usos o configuraciones y la reutilización, que persigue la reducción del número de diseños diferentes.
Para abordar una estrategia de racionalización, es imprescindible disponer de una buena organización de la documentación que permita realizar búsquedas concretas sobre productos, módulos o incluso operaciones disponibles, reutilizables en nuevos diseños.
Hay que tener en cuenta además, que los constantes cambios de diseño, afectan en general siempre a conjuntos o componentes determinados. Esta información es importante para establecer el orden con el que deben ser abordados los diferentes módulos y permite prestar especial atención a aquellos que históricamente sean propensos al cambio.
Comunicación
Los cambios de diseño hay que comunicarlos en tiempo, en forma y dirigirla a la persona adecuada. Diseñar una buena estrategia de comunicación, interna entre departamentos, y externa, con clientes y proveedores, resulta fundamental para reducir los tiempos de respuesta.
Dirigir la comunicación a la persona correcta, permite ser más conciso en el mensaje, aumenta la calidad de la respuesta y evita la pérdida de información en la retrasmisión de los mensajes (siempre se pierde información en el camino).
Automatización
Se debe intentar automatizar todas aquellas tareas que no precisen de conocimiento para realizarlas. Un cambio de diseño supone rehacer muchos planos de fabricación y documentos asociados, siendo necesario actualizarlos, corregirlos, publicarlos, etc. procesos que consumen plazo y no aportan valor.
La estrategia “Paperless Manufacturing”, que está ganando fuerza actualmente, es la de evitar la generación de documentación 2D. Según la Oficina de la Secretaría de Defensa de USA (OSD), “1/3 del gasto de ingeniería se pierde en el desarrollo de planos 2D y el 60% de ellos no son fiel reflejo de los modelos 3D”.
Ya existen estándares como la MIL-STD-31000A, ASME Y14.41 e ISO16792 que normalizan estas funcionalidades y ya se aplican en SolidWorks MBD (Model Based Definition) o en el PMI (Product Manufacturing Information) de Siemens y PTC.
Además de los planos de fabricación, en muchas ocasiones será necesario validar las modificaciones de diseño realizadas mediante cálculos y simulaciones, actualizar los manuales de instrucción, montaje o mantenimiento e incluso generar nueva información comercial para el departamento de marketing.
Resultará fundamental automatizar, en la medida de lo posible, todos estos procesos para poder incrementar la velocidad de diseño y cumplir con el principal objetivo marcado: Cumplir el Plazo.
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